martes, 19 de junio de 2012

Desde la Resistencia y la Esperanza.

“Días feriados, recuerdo haber llegado a un acuerdo colectivo con mi equipo de trabajo para que entre tantas tareas sociales que teníamos por hacer, nos tomáramos unas merecidas vacaciones aprovechando la Semana Santa.

Y así lo asumimos todos, claro, ninguno tenía dinero en su cuenta como para costearse el lujo que hoy en día es vacacionar en nuestro país. Mi prioridad no era  viajar a Cubiro o a la Cascada de El Vino en el Parque Nacional “Dinira”, mi prioridad ese día era llevar a mi hijita Madeleinsg por lo menos al Zoológico y compartir con  mi esposa Maira un día en familia.

El sábado 15 de abril del 2006, era Semana Santa en nuestro pueblo, salí de mi casa bien temprano a “taxiar” para obtener algo de dinero, rutina que hoy en día vive cualquier venezolano que tenga un carrito y necesite algún ingreso adicional, incluso los que trabajamos para las instituciones del gobierno, como yo.

A eso de las diez de la mañana logré hacer mi primera carrerita a dos hombres que me solicitaron los llevara a la plaza Los Rastrojos en Cabudare, ¡a la orden caballeros! Ése fue mi saludo. Pero a pocos minutos resulta ser que me apuntan con una pistola y me obligan a estacionar, y a punta de amenazas de dispararme, me mandan a bajar del carro a que recoja un maletín que iban a dejar tirado en una esquina del puente Los Rastrojos. Yo, bajo amenaza de muerte colaboro involuntariamente con los que ahora se convertían en mis secuestradores y recojo el maletín desconociendo su contenido. Vuelvo a subir al carro, me tiran en la parte trasera y arrancan. Minutos mas tarde comienza una persecución de un vehículo particular, repentinamente comienzan a disparar contra mi vehículo conducido por los delincuentes. Allí recibí un disparo rasante en la cabeza que me dejó aturdido, de pronto, los delincuentes chocaron el carro contra un barranco y huyeron de los otros que venían disparando desde el otro carro. Yo sin saber qué hacer, asustado, corrí pero en sentido contrario a los delincuentes hasta que me desmayé en un montarrascal debido a la pérdida de sangre por la herida del disparo. No sabía de quiénes me escondía, tampoco quiénes eran los otros que también disparaban sin cesar contra mi carro. Desorientado y confundido, logré llegar a casa de un amigo, le conté mi tragedia y él me sorprendió diciéndome que la PTJ me andaba buscando porque mi vehículo estaba involucrado en un secuestro y por ende yo también.

lunes, 4 de junio de 2012

En el mes de la solidaridad.

En junio, conmemoramos el mes de la solidaridad con las víctimas de tortura. Por ello, compartimos este texto escrito por Joham Castillo, víctima de tortura, acompañada por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.

Recuerdos oscuros
Llega la noche
llegan los recuerdostodo está oscuro y frío
llegan los verdugos
vestidos de hombres
escucho sus voces
al oído
pidiendo algo que no tengo
mentando a mi madre de mala manera.
Logro ver sus rostros grises
llenos de odio y crueldad
la asfixia es insoportable,
el olor a insecticida aún se siente
tengo mucho frío en las manos
aunque ya casi no las siento
parece que se desprenden
solo las sostienen las esposas
exageradamente apretadas.
Me persigue la intimidación
ya no puedo dormir
la tortura aún está presente.

Tomado de: En Resistencia. Misivas necesarias, 2007.

¿Crees que es necesaria en Venezuela una ley que prevenga y sancione la tortura?