Compartimos esta carta poética escrita por Raquel Aristimuño, una de nuestras familiares de víctimas, acompañada por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, en el marco de una experiencia andragógica realizada por familiares de víctimas de abuso policial con el acompañamiento de líderes y liderezas de las comunidades, miembros y miembras de la Red de Apoyo y poetas de latinoamérica.
Yo que hasta ayer estuve muda de la voz y la palabra, hoy estoy sorprendida y conmovida de cómo escribir ha ido descubriendo en mí otras emociones. Hoy con mi conciencia tranquila puedo y me atrevo hacer reclamos en papeles de colores, en sutiles lienzos sin forzar mi ronca oralidad.
Hoy siento que he trascendido de la indiferencia al poema; y es que me mantuve adormecida, apartada y ausente de la prosa hasta que un día de primavera la violenta saga me llevó a asumir la escritura y me señaló y enseñó los poemas más sensibles, los más sentidos.
Ahora sé que el dolor y la pérdida ha sido mi musa inevitable, solo desde ese momento aprendí que de dolor también se escribe y puedo soñar utopías posibles.
Es paradójico pero quiero reconocerme y decirme que soy agradecida del dolor y los avatares superados, solo desde el dolor aprendí a vivir de otra manera la paz.
Gracias al dolor me he reconciliado con lo imposible.
Yo que hasta ayer estuve muda de la voz y la palabra, hoy estoy sorprendida y conmovida de cómo escribir ha ido descubriendo en mí otras emociones. Hoy con mi conciencia tranquila puedo y me atrevo hacer reclamos en papeles de colores, en sutiles lienzos sin forzar mi ronca oralidad.
Hoy siento que he trascendido de la indiferencia al poema; y es que me mantuve adormecida, apartada y ausente de la prosa hasta que un día de primavera la violenta saga me llevó a asumir la escritura y me señaló y enseñó los poemas más sensibles, los más sentidos.
Ahora sé que el dolor y la pérdida ha sido mi musa inevitable, solo desde ese momento aprendí que de dolor también se escribe y puedo soñar utopías posibles.
Es paradójico pero quiero reconocerme y decirme que soy agradecida del dolor y los avatares superados, solo desde el dolor aprendí a vivir de otra manera la paz.
Gracias al dolor me he reconciliado con lo imposible.