viernes, 1 de febrero de 2013

Este relato fue escrito por Flor Díaz, a quien en 1998 le fue asesinado su sobrino, Freddy Díaz, por funcionarios de la Policía del Municipio Sucre. A Freddy le impactó una bala mientras estaba parado en la entrada de una casa.
 
Hijito

Hijito, hoy hace dos años que te apagaron tus ojitos, tu sonrisa, y contigo se fue mi alegría, mis ganas de vivir.

Desde aquí le pido a Dios que te tenga en la Gloria porque como hijo fuiste excelente, como sobrino fuiste lo más grande y lo más bello para mi, como amigo fuiste servicial, atento. Cuando necesitaba de ti ahí estabas tú. Los niños te recuerdan mucho, tus ahijados también te recuerdan, tus amigos que han dado a luz después de que tu te fuiste, hoy sus hijos llevan tu nombre con orgullo.

Se ponen a hablar de ti, a recordar tantas cosas que no tenemos cuándo terminar.

Tu madre todavía llora tu partida ya que tú eras su niño lindo y precioso y su único hijo. Tu abuela extraña tu sonrisa, tus caricias, tu jalea de mango, tus galletas, tu leche condensada todas las noches con ella. Tus primas no se acostumbran todavía a que ya no estás con nosotras.

Natacha, que fue como tu hermana desde pequeños, siempre juntos, todas las noches se pone a ver las fotos de sus quince años, ya que tú fuiste el que se los celebraste. Cómo olvidar tantas cosas de ti, son muchas. Tu comadre te recuerda siempre.

Desde tu punto de vista, ¿por qué ocurren los abusos policiales? ¿Por qué generalmente se dan en las zonas populares, en jóvenes de piel morena? Reflexionemos sobre ello.
 

lunes, 14 de enero de 2013

Antes me hablaban de la muerte, ahora yo hablo de la muerte.



 Antes oía hablar de la muerte de cualquier joven y pensaba: "algo malo estaría haciendo", y hasta convencida decía: "por eso es que los matan", sin siquiera pensar que detrás de esa vida se iba también la felicidad de una madre, de una familia, y la de soñar otras posibilidades de existencia,
en ese espacio que sólo nos proporciona la vida y nos niega la muerte.

Antes me hablaban de la muerte, ahora yo hablo de la muerte y me pronuncio ante ella, ante las muertes de nuestros hijos; ahora voy del brazo de nuestros muertos por las mismas calles que transitaron en vida, buscando esa justicia que se nos esconde, que se nos escapa entre los mismos asesinos y la complicidad de los árbitros.

Ahora no me asomo miedosa por la ventana de la vida, a verla morir en el abuso; ahora voy por la vida defendiendo esa misma vida que un día violentamente le arrebataron a mi hijo cuando apenas comenzaba a saborearla.

Antes pensaba en la justicia como la única reivindicación, como el único alivio a mi dolor; ahora sólo es una de mis esperanzas, pues con el compartir de mi pena, con estas hermanas que en  medio de la fatalidad conocí, me siento compensada y realmente acompañada. Ya se me ha calmado esa sed de justicia vengativa, ahora sólo pienso en la justicia como lección, como enseñanza forjadora de buenos y mejores ciudadanos para la vida nueva que nos toca construir a partir de nuestras experiencias, desde nuestros límites y nuestras fatalidades; en fin, construir, hacer posible la vida que merecemos. Vamos, hermanas, las invito a seguir. 

Este es un texto escrito por la familiar acompañada por la Red de Apoyo en su camino en la búsqueda de justicia por la muerte de su hijo a manos de cuerpos de seguridad del Estado, Raquel Aristimuño.

¿Cuál es tu opinión sobre el texto que ella escribió? ¿Cómo podemos eliminar el estereotipo de que todo el que muere a manos de cuerpos de seguridad es "malandro"? Si así fuera, si fuera una persona transgresora, a tu juicio debe morir por uso desproporcionado de la fuerza por parte de los y las policías?

miércoles, 15 de agosto de 2012

¿De qué clase soy?

Escrito por Yolanda Chávez, familiar de víctima de abuso policial

Soy de la clase que vive y lucha, anhelo el momento en que nos encontremos todos viviendo la vida feliz. Mi más grande deseo es reunirnos en grupos de celebración y trabajo, sin tapujos, sin recelos ni rencores.
El día en que podamos compartir las manifestaciones que conforman la existencia: estudio, trabajo, ventas, compras, cosas grandes, cosas pequeñas. Que la autoridad venga de donde venga no se imponga por la fuerza bruta, sino que haya un consenso entre dirigente y dirigido.
Que el ladrón por su reinvindicación y reinserción en la sociedad, por su educación y preparación, se desenvuelva en el grupo social compartiendo, laborando y buscando su progreso y el de los suyos.
Que nuestros dirigentes y políticos piensen en gobernar para todos y no para un grupo, que hagan que nos veamos y sintamos como hermanos, y no como enemigos.
Soy miembro activo de esta clase que aspira a una sociedad justa, donde no exista la impunidad, donde haya igualdad de oportunidades en lo social, en lo económico, en lo político y en lo religioso.
Soy de la clase más valiosa de este país, que quiere ver a sus hijos crecer y desarrollarse, que no tengan que madrugar y hacer cola para obtener un documento o información, que los dificulten los trámites para casarse o para morirse. En la clase donde me ubico no necesito andar sorteando calles para transitar porque los buhoneros no me dejan pasar, pues estos ya no existirían porque tendrían un buen trabajo y un sistema de vida mejor.
¿Cuál es tu aspiración para Venezuela? Compártelo con nosotros.

viernes, 20 de julio de 2012

Carta de Dorys Acosta.

Compartimos esta nueva entrada, de una carta escrita por Dorys Rodríguez, familiar de víctima de abuso policial acompañada por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.

A mi rey querido:

¡Ay, mi rey! ¡Qué faltas nos haces a tu mamá, papi, abuela, hermana,  tíos y la comunidad en general!

Tú partiste al cielo, estás con Dios, pero con nosotros sigues estando materialmente. No te olvidaremos jamás.

Yo te espero todos los días con tu comida servida, como siempre llegabas apurado al baño, comer, bañarte y ponerte a oír tu música.

Yo digo siempre que estás de viaje, pero al final no llegas porque estás en un viaje sin retorno.

Pero yo le pido todos los días a mi Dios que se haga justicia. Sabemos que no te vamos a recuperar, pero que no siga pasando esto en la comunidad y en el resto del país.

Hasta siempre mi rey. Dios te bendiga: Tu mami, Dorys.

¿Hay otras formas de justicia, además de la legal? ¿Cómo se puede reparar la muerte de un hijo por causa de abuso policial o militar?... Esperamos tus comentarios para enriquecer nuestro escrito.

martes, 19 de junio de 2012

Desde la Resistencia y la Esperanza.

“Días feriados, recuerdo haber llegado a un acuerdo colectivo con mi equipo de trabajo para que entre tantas tareas sociales que teníamos por hacer, nos tomáramos unas merecidas vacaciones aprovechando la Semana Santa.

Y así lo asumimos todos, claro, ninguno tenía dinero en su cuenta como para costearse el lujo que hoy en día es vacacionar en nuestro país. Mi prioridad no era  viajar a Cubiro o a la Cascada de El Vino en el Parque Nacional “Dinira”, mi prioridad ese día era llevar a mi hijita Madeleinsg por lo menos al Zoológico y compartir con  mi esposa Maira un día en familia.

El sábado 15 de abril del 2006, era Semana Santa en nuestro pueblo, salí de mi casa bien temprano a “taxiar” para obtener algo de dinero, rutina que hoy en día vive cualquier venezolano que tenga un carrito y necesite algún ingreso adicional, incluso los que trabajamos para las instituciones del gobierno, como yo.

A eso de las diez de la mañana logré hacer mi primera carrerita a dos hombres que me solicitaron los llevara a la plaza Los Rastrojos en Cabudare, ¡a la orden caballeros! Ése fue mi saludo. Pero a pocos minutos resulta ser que me apuntan con una pistola y me obligan a estacionar, y a punta de amenazas de dispararme, me mandan a bajar del carro a que recoja un maletín que iban a dejar tirado en una esquina del puente Los Rastrojos. Yo, bajo amenaza de muerte colaboro involuntariamente con los que ahora se convertían en mis secuestradores y recojo el maletín desconociendo su contenido. Vuelvo a subir al carro, me tiran en la parte trasera y arrancan. Minutos mas tarde comienza una persecución de un vehículo particular, repentinamente comienzan a disparar contra mi vehículo conducido por los delincuentes. Allí recibí un disparo rasante en la cabeza que me dejó aturdido, de pronto, los delincuentes chocaron el carro contra un barranco y huyeron de los otros que venían disparando desde el otro carro. Yo sin saber qué hacer, asustado, corrí pero en sentido contrario a los delincuentes hasta que me desmayé en un montarrascal debido a la pérdida de sangre por la herida del disparo. No sabía de quiénes me escondía, tampoco quiénes eran los otros que también disparaban sin cesar contra mi carro. Desorientado y confundido, logré llegar a casa de un amigo, le conté mi tragedia y él me sorprendió diciéndome que la PTJ me andaba buscando porque mi vehículo estaba involucrado en un secuestro y por ende yo también.

lunes, 4 de junio de 2012

En el mes de la solidaridad.

En junio, conmemoramos el mes de la solidaridad con las víctimas de tortura. Por ello, compartimos este texto escrito por Joham Castillo, víctima de tortura, acompañada por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.

Recuerdos oscuros
Llega la noche
llegan los recuerdostodo está oscuro y frío
llegan los verdugos
vestidos de hombres
escucho sus voces
al oído
pidiendo algo que no tengo
mentando a mi madre de mala manera.
Logro ver sus rostros grises
llenos de odio y crueldad
la asfixia es insoportable,
el olor a insecticida aún se siente
tengo mucho frío en las manos
aunque ya casi no las siento
parece que se desprenden
solo las sostienen las esposas
exageradamente apretadas.
Me persigue la intimidación
ya no puedo dormir
la tortura aún está presente.

Tomado de: En Resistencia. Misivas necesarias, 2007.

¿Crees que es necesaria en Venezuela una ley que prevenga y sancione la tortura?
                

martes, 29 de mayo de 2012

Dos fechas, una vida

Para mi hijo amado, Yosmar Alexander Aldana Bastidas.

Un dieciocho te fusite sin adiós, sin despedida
Te asesinaron vilmente; tu grito se escucha siempre.
Te cortaron como una flor, en el barrio, en el pueblo.
Tu grito se escucha siempre, en la lucha de los sueños.
Un treinta y uno naciste, con amor, con alegría.
Un dieciocho te fuiste, sin regresar a mi vida.
Me dejaste dos amores y son mi mayor alegría.
Pero no me callarán, para luchar por la vida.
Me dejaste sola y triste, sin adiós ni despedida.
Pero no me callarán, para luchar por la vida.

No caíste en la avaricia, ni tampoco en la maldad.
Porque luchábamos juntos, por nuestra comunidad
Comunidad olvidada por el ente municipal, pero se logró tu sueño, el Consejo Comunal.
No sólo tu nombre lleve el Consejo Comunal, sino que luchábamos juntos por justicia, amor y paz.
Por ver la muerte de otro y ser testiga ejemplar
Tus sueños fueron truncados, pero no me callarán.
Justicia es lo que pido, por toda la humanidad.
Y luchar, luchar, luchar, para conseguir la paz.

Escrito por Sonia Bastidas, familiar de víctima de abuso policial, acompañada por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.

¿Qué opinión te merece este poema? ¿Qué mensaje te deja? ¿Es una opción para ti seguir luchando o abandonar la lucha?